Editorial (II) / Prof. Iris Rosas Meza
Doctora en Arquitectura, Investigadora de la FAU- UCV
Ex Coordinadora del CCG-EACRV
Marzo 2010
Atención técnica y social profesional para los barrios urbanos.
Es urgente una ley nacional de asistencia técnica y social al patrimonio construido por las familias en los barrios urbanos. La pobreza, los problemas sociales y habitacionales que se han ido acumulando en los barrios, hacen ineludible la atención profesional a la vivienda y su entorno construido por las familias de escasos recursos en nuestras ciudades. Las casas producidas por los pobres están signadas de carencias, de privaciones, encarnan los enormes esfuerzos invertidos por años para tener y mantener un patrimonio familiar.
Fotografía: IR/Constructores en el barrio Brisas del Paraíso, Caracas.
Los lugares y moradas donde vive mayoritariamente la población venezolana, están sujetos a la fragilidad y al desamparo ante eventos naturales como: inundaciones, derrumbes por deslaves y movimientos sísmicos, a la ignominia humana, a la desatención y la violencia. En cualquiera de estas circunstancias, las familias pobres pueden de un momento perder sus viviendas, sufrir el “desposeimiento forzado” tal como señalo un sacerdote de Petare en un diario de prensa nacional, del lugar donde vivieron y de sus enseres, que no es otra cosa que “perderlo todo”.
Las estadísticas siguen mostrando que cada vez más millones de venezolanos (la mitad o más) viven en barrios, con tendencia sostenida a superar al resto que vive en las urbanizaciones, incluidas las edificadas por el gobierno. Asimismo las cifras de viviendas construidas por la gente en los barrios indican que su capacidad ha venido superando las realizadas por el denominado sector formal.
El saber constructivo popular de las mismas familias y albañiles de oficio en los barrios, ha contribuido a resolver la necesidad de vivienda, las casas se construyen y mejoran, pero debido a que son hechas sin los requerimientos normativos, todos sabemos los barrios y sus viviendas son vulnerables, que existen sin resolver problemas esenciales de diseño y construcción como son: la falta de acondicionamiento para la estabilidad los terrenos, el aseguramiento de las fundaciones y las estructuras (vulnerabilidad sísmica), las condiciones de habitabilidad (iluminación, ventilación, privacidad, distribución de espacios); tampoco, los problemas sociales que acarrea la misma densificación en los barrios.
Superar los problemas de vivienda de los más débiles, demanda solidariamente el trabajo conjunto con la gente, no seguir dejando sólo en sus manos la construcción de las casas y el asentamiento.
Un ejemplo es la experiencia conjunta entre profesionales - universitarios con las familias usuarias y algunos constructores de barrio, que se viene desarrollando desde hace varios con la comunidad del barrio Julián Blanco (se trata del equipo de investigadores del Centro Ciudades de la Gente, de la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva, de la FAU-UCV), desde ésta se buscan generar formas idóneas para la elaboración de los proyectos y construcción de las obras destinadas a la mejora de la vivienda y su entorno en el barrio. El intercambio de saberes y el dialogo se ha puesto en práctica, como un método para compartir ideas y construir un conocimiento colectivo, en el cual los habitantes del barrio también forman parte esencial. La identificación en los barrios del papel que juegan los constructores de oficio en el desarrollo de las técnicas constructivas y el diseño de las casas supera la visión o el mito de la autoconstrucción basado en el supuesto de que todas las personas que emprenden el proceso de mejora de su vivienda en los barrios pueden tener todo el conocimiento sobre construcción.

Se requiere entonces superar las experiencias particulares, abarcar cada una de las zonas de barrios en todas las ciudades, ir transformando los barrios con la proliferación de una asistencia técnica y social con equipos profesionales de distintas disciplinas, avocados a prever y proveer condiciones ambientales, sociales, de urbanización y ordenamiento al desarrollo de los asentamientos para las familias pobres, evaluar las condiciones de los barrios existentes para dar seguridad, equipamientos, accesibilidad y redes de servicios, acondicionar los terrenos, el diseño estructural, el buen funcionamiento de los espacios internos acordes al modo de vida de las familias y el crecimiento de las edificaciones en su conjunto. Insistimos por ello en una ley nacional de asistencia técnica y social al patrimonio construido, que recoja las experiencias realizadas y caminos andados, que conlleve a contribuir efectivamente a elevar la calidad de vida de la población y al resguardo de los seres humanos que habitan en las frágiles viviendas en los barrios urbanos.
Fotografía: IR/Casa de un barrio en Roca Tarpeya, Caracas.
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