El barrio es una obra en proceso (VENEZUELA)
18/11/2011
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ / El Nacional
(tomado de: http://www.viviendaenred.net/modulos/viviendaaldia/noticia.asp?cod=32746)

Iván Amaya observa desde hace 10 años las diversas formas como se construyen los ranchos. En su época de estudiante de Arte encontró similitud entre los materiales utilizados en estas viviendas con los que se emplean en la creación contemporánea. El cartón, la madera y el plástico son los protagonistas de Ciudades de arriba, la serie de 40 fotografías digitales a través de las que el artista trata de buscar la belleza interna del barrio. Las imágenes a color, en formato digital, fueron captadas en diversas barriadas del país, en las que Amaya trabajó con apoyo de los líderes de la comunidad. El propósito del artista era entender cómo estaban constituidas las "ciudades de arriba", tanto en lo social como en lo estético y arquitectónico.
Lo primero que salta a la vista al observar las obras es que, aunque el tema de la investigación de Amaya es social, no se aproxima a él desde el campo de la fotografía documental sino desde el arte. La autoconstrucción es un asunto que en el país ha sido explorado por otros creadores, como Antonieta Sosa, Meyer Vaisman y el dúo integrado por Juan José Olavarría y Ángela Bonadies. Amaya resalta el carácter instalativo del rancho, así como sus vinculaciones con lenguajes como el ensamblaje y movimientos como el constructivismo y el arte povera. "La persona que construye un rancho lo hace por una gran necesidad de tener un techo, pero la verdad es que en ellos existe un componente de creatividad importante. Ese unir, armar, amalgamar y superponer me hace ver el rancho como un elemento estético", señala. En su aproximación a la construcción informal, Amaya destaca el carácter abierto del rancho y del barrio como obra en proceso, siempre inacabada, que se mantiene en un estado de permanente transformación. "Poca gente sabe que es más lento y más costoso hacer una casa en un barrio que en una urbanización. Es un proceso muy sacrificado, en el que el constructor se involucra afectivamente con el rancho. Es por eso que cuando llegan las lluvias muchos se resisten a abandonarlos. Tienen una relación similar con su casa a la que el artista tiene con su propia obra", asegura.
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